El Viaje de don Giovanni
El huraño
don Giovanni salía todas las mañanas a la plaza a tomar sol. La gente lo
saludaba cortésmente y él refunfuñando respondía con un simple movimiento de
cabeza. Mientras estaba sentado recordaba su patria, su vida en el campo la
cual abandonó a su pesar y a los seres queridos que hacía tiempo ya no le escribían…
deseaba profundamente volver.
Muchas
mañanas la gente lo miraba hablando solo, algunos dijeron que en ocasiones discutía
muy exaltado en su idioma o se quedaba inmóvil largo tiempo mirando al
horizonte.
Cierta
mañana, vieron a don Giovanni en la
plaza con una vieja maleta, notaron algo distinto en él, saludaba muy contento;
Conversó con los vecinos y hasta jugó con los niños, todos le preguntaban “¿
Para donde va con esa maleta, don Giovanni?” y él respondía feliz “Hoy me devuelvo
a mi patria”. Los vecinos sorprendidos de la noticia se despidieron con gestos
de cariño y respeto, diciéndole que lo extrañarían.
Esa
mañana, sentado en la plaza del pueblo de cara al sol y con el equipaje en su
regazo, don Giovanni cerró sus ojos emprendiendo así un eterno viaje al
infinito.
Comentarios
Publicar un comentario