ANÁLISIS DE LA DRAMATURGIA DE VÍCTOR MANUEL RIVAS: EL PUNTAL(1933) LA ANTESALA (1940) Y EL PUEBLO (1942)
ANÁLISIS DE LA DRAMATURGIA DE VÍCTOR MANUEL RIVAS: EL PUNTAL(1933) LA ANTESALA (1940) Y EL PUEBLO (1942)
( Calabozo 1909- Nueva York 1965)
AGRADECIMIENTOS
Ministerio del Poder Popular para
Relaciones Exteriores
Ministerio del Poder Popular para la
Cultura
Servicio Administrado de Identificación,
Migración y Extranjería (SAIME)
Misión Corazón Adentro
Fondos Concursables
Biblioteca de la Casa Amarilla de
Caracas
Archivo General de la República
Bolivariana de Venezuela
Biblioteca Nacional de Venezuela
Universidad Central de Venezuela (UCV)
Departamento de Archivos
Instituto Pedagógico de Caracas (IPC)
Universidad Nacional Experimental de la
Artes (UNEARTE)
Escuela Nacional de Artes Escénicas
César Rengifo
Unidad Educativa José Ignacio Cabrujas
Arquidiócesis de Calabozo
Profesora Carlota Martínez
Profesor Fermín Mena
Lic. Pablo Nayip Rodríguez
M. Cs. Euro Rincón C.
Fran Gomes
Familia Pereda Flores
Familia Pereda Hernández
Esp. Martha Anzola A.
INTRODUCCIÓN
Este proyecto es
el producto de varios años de investigación sobre la vida y obra dramatúrgica
de Víctor Manuel de San José Rivas Montenegro, quien nace en Calabozo, estado
Guárico el 11 de marzo de 1909 y muere en New York el 20 de julio de 1965. Filósofo, diplomático,
Doctor en Ciencias Políticas, periodista y dramaturgo, ha sido uno de los
intelectuales venezolanos más relevantes del siglo XX marcado por un contexto histórico, cultural y político
particular.
Es importante
destacar que Víctor Manuel Rivas estuvo inmerso en los grandes acontecimientos
que se produjeron en la dramaturgia venezolana, época en la que se desarrolló y
fortaleció un sinfín de géneros, estilos y temas, ofreciendo a los lectores-
espectadores historias y personajes, quienes entretejen en sus tramas,
conflictos románticos, históricos y hasta realismo psicológico.
El teatro de
siglo XX venezolano, llevó a escena obras de gran importancia para la sociedad,
respondiendo a una situación política y social ocurridos en los períodos
presidenciales de Castro y Gómez; el teatro conserva estilos del período
decimonónico, esto acompañado de la fuerte influencia europea. Tal es el caso
del sainete que se mantuvo en las tablas nacionales hasta mediado de siglo XX,
este estilo no haría confrontación directa a la dictadura gomecista, sin
embargo realizaba solapadamente críticas al sistema y a nuestra sociedad. El
teatro tiene la mágica cualidad de escabullirse, reinventarse y transmutarse
para así mostrarnos las fallas y aciertos como seres humanos y esa será siempre
su función.
Vale destacar el
vertiginoso cambio que ocurrió de la Venezuela agraria a la petrolera, esa
característica marcó grandes cambios de todo tipo y el teatro no escapó de
ello, por tal motivo las representaciones
hicieron presente ese sentir. Víctor
Manuel Rivas esbozó en su dramaturgia todos esos giros sociales,
perfilando situaciones dramáticas directas e indirectamente, las cuales
abrieron una brecha para conocer y sistematizar otros acontecimientos de su
vida, expandiendo así un poco más la comprensión de su obra dramática.
Al interpretar
el contexto histórico teatral de Víctor Manuel Rivas, se tocan aspectos
fundamentales para el personaje, como la cronología del Teatro en Venezuela del
siglo XX desde 1900 a 1965; la vida y Obra de Rivas que contempla aspectos de
su vida familiar y personal, proceso de formación académica en Caracas como
Bachiller en Filosofía y Letras; su formación profesional en la Universidad
Central de Venezuela que le otorgó los título de Filósofo y Politólogo.
También se
indaga en el Víctor Manuel Rivas diplomático, representando a Venezuela en
España, Portugal y Panamá en donde se recibe como Doctor en Ciencias Políticas,
y por último en Estados Unidos y como Miembro Permanente de la Comisión de las Naciones Unidas, cargos
que ejerció paralelamente como periodista y hombre de letras.
La trascendencia de esta
investigación consiste en presentar el Estudio de las Obras Teatrales de Víctor
Manuel Rivas, El Puntal (1933), Antesala (1940) y El Pueblo (1942), en donde se
contempla el género, estilo, año de estreno,
agrupación y dirección; argumento de los Actos en cada una de las obras; la
relación entre el autor y la época en que vivió, siendo uno de los personajes
calaboceños más trascendentales en cuanto a su legado social y dramatúrgico.
Víctor Manuel
Rivas en sus obras, revela con su estilo costumbrista, la transición del campo
a la ciudad, muestra situaciones cotidianas del modo de vida del llano y la
Caracas moderna, e insinúa a través de sus personajes, el cambio experimentado
en carne propia de su éxodo de Calabozo a la capital.
Para concluir,
se transcriben textualmente tres de
las casi doce obras teatrales de su autoría, El Puntal, Antesala y El Pueblo,
con la finalidad de ponerlas a disposición de
toda la comunidad del Guárico y en especial de Calabozo, para su estudio
e interpretación, de manera que las
diferentes agrupaciones culturales que hacen vida en esta región puedan estudiar, interpretar y
llevar a escena las obras de Víctor
Manuel Rivas y de esta forma poder rescatar la memoria y legado de hombres y
mujeres que hacen el orgullo calaboceño. De las otras piezas de Rivas solo se
han encontrado reseñas en fuentes bibliográficas y menciones en diarios de la
época, pero no se cuenta con los textos teatrales.
CONTEXTO HISTÓRICO TEATRAL DE
VÍCTOR MANUEL RIVAS
Las primeras cuatro décadas del siglo XX en Venezuela, teatralmente hablando, se mantuvieron los mismos
géneros y estilos de representación de las que se realizaban en el siglo XIX
como dramas románticos, históricos, obras neoclásicas y costumbristas. En este
sentido, el CEDIT (1994) acota que a nivel dramatúrgico, se encontraban: “las mismas influencias literarias de la
novela y la poesía: neoclasicismo, romanticismo, costumbrismo y naturalismo.
Los géneros más comunes eran el
drama, el sainete, la comedia, la tragicomedia y la zarzuela.”
La escena caraqueña de 1900
hasta 1942 estaba representada con dramaturgos destacados como Rafael Otazo,
Henrique Soublette, Luis Urdaneta,
Hernández, Rafael de los Ríos, Simón
Barceló, Alfredo Bolívar, Carlos Luis Chapellis,
Salustio González, Rafael Guinand y Leoncio Martínez, quienes tuvieron mayor
éxito producción dramática. Por otro lado, la presencia de numerosas y destacadas compañías internacionales de teatro,
ópera y zarzuela con obras europeas, conjuntamente con los dramaturgos
venezolanos como Ángel Fuenmayor, Rincones, Rómulo Gallegos, Andrés Eloy
Blanco, Luis Peraza, Aquiles Certad, Víctor Manuel Rivas, entre otros,
acrecentaron la actividad dramatúrgica y teatral de manera significativa en la
ciudad capital.
El sainete, es
una pieza dramática jocosa que se representa en un solo acto, de carácter
popular y sumamente realista, fue el género que más alcance tuvo hasta mediados
de siglo XX. Es importante destacar que Uzcátegui (1999), considera que la obra
que cierra este período de género nacionalista y local fue “Venezuela Güele a
Oro” (1942) de Andrés Eloy Blanco y Miguel Otero Silva.
Por su parte, el
dramaturgo carabobeño Luis Peraza, presentan en sus obras personajes con
dimensiones psicológicas, sociales y teatrales que dan fe de un avance dramatúrgico
relevante, lo que trae un valioso aporte al teatro venezolano. Sus obras están envueltas en un estilo
realista/criollista como lo cataloga Herrera (2007), y que apunta al “Tema
Nacional”, Luis Pereza fundó en 1936 el Teatro del Pueblo, institución
dependiente del Ministerio del Trabajo, que para 1958 se convierte en Teatro
Nacional Popular.
Otro dramaturgo
que ha hecho importantes aportes es César Rengifo, considerado el padre del
teatro moderno en Venezuela, delineó
personajes con gran carga psicológica en sus obras, donde la crítica social es
recurrente, de esta forma colabora
con la evolución dramatúrgica del país, llevando a escena textos dramáticos
trascendentales para nuestras letras venezolanas, según Rodríguez (2006),
Rengifo plasmó cuatro siglos de historia, donde aborda temas como: la
conquista, la colonia, la independencia
y el petróleo. En 1938 Rengifo aparece en escena con la obra “¿Por Qué Canta el
Pueblo?”, dándole un giro más teatral, psicológico, político y social a su
dramaturgia.
La evolución
política y colectiva nacional se dinamiza de manera positiva y en especial en
el teatro, ese cambio se inicia desde la muerte del dictador General Juan
Vicente Gómez, pasando por la administración de López Contreras, afianzándose
con el gobierno de Isaías Medina Angarita, por su carácter democrático. En este
sentido, en la pujante década de los años cuarenta ocurre un gran movimiento y
un importante acontecimiento para la escena venezolana, el 1º de agosto de
1942, el dramaturgo calaboceño Víctor Manuel Rivas, Eduardo Calcaño, Guillermo
Meneses, Guillermo Feo Calcaño y Luis Peraza junto a una gran lista de
personalidades del teatro caraqueño, fundan La Sociedad Amigos del Teatro, con
el fin de organizar a los creadores de la época, apoyar e impulsar la
dramaturgia nacional con la puesta en escena de las obras de autores, actores
tanto experimentados como aficionados y directores criollos, todo con la visión
de afianzar los valores patrios.
La Sociedad
Amigos del Teatro, duró hasta 1946, año en que se disolvió por falta de apoyo
económico por parte del Estado, quien hasta el momento contaba con el apoyo
económico del Ejecutivo del Distrito Federal con aportes anuales de
cuatrocientos mil bolívares, que le daban suficiente estabilidad para
desarrollar la actividad artística en Caracas.
Por otro lado en
la década de los años 40 se fundaron otras instituciones y agrupaciones, tal es
el caso de Antonio Saavedra Lázaro quien en 1943 crea la Compañía Pro-Arte
Infantil y por su lado, Manuel Rivas Lázaro funda el Centro de Formación para
el Arte Dramático.
En 1945, llega
procedente de España, Alberto de Paz y Mateos, quien decide organizar un grupo
de teatro con jóvenes estudiantes en el Liceo Fermín Toro en El Silencio y es allí donde concretó su búsqueda teatral,
renunciando al teatro que se hacía en su España natal y al mismo teatro que se
continuaba llevando a escena en las tablas caraqueñas, iniciándose así una
importante transformación en la escena venezolana, representando dramaturgos
universales y novedosos tanto para los actores como para el público asistente a
las salas. De Paz, conjuga el teatro, la técnica y la estética con colaboración
de artistas plásticos nacionales.
En 1946 Luis
Peraza junto a Raúl Domínguez, en la Universidad Central de Venezuela, contado
con el apoyo del Rector Julio de Armas fundan el Teatro Universitario (T.U.
U.C.V), lo que en un principio era La
Farándula Universitaria, se transforma para entonces, en Teatro
Universitario T.U. Este grupo, no solamente se presentaba dentro del recinto,
sino que lo hicieron fuera de la universidad, también realizaron actividades
artísticas con invitados importantes tanto nacionales como extranjeros.
Para el año de
1947, llega a Venezuela en mexicano Jesús Gómez Obregón, quien fue discípulo
del maestro nipón Seki Sano y este a su vez trabajó en Rusia con Stanislavski y
Meyerhold. El Ministerio de Educación le solicita a Gómez Obregón que elabore
un proyecto con el fin de crear una escuela de teatro en el país, entonces se
crea el Curso de de Capacitación Teatral, entidad de corte moderno fundada en
Venezuela, donde los actores se formaron con el Método de Stanislasvki, esta
escuela cesa sus funciones en 1952.
Otro suceso de
importancia sucede en el año 1949, llegaron al país tres nuevas personalidades,
la actriz argentina Juana Sujo, el actor chileno Horacio Peterson y el
escenógrafo Ariel Severino, para filmar la película “La Balandra Isabel Llegó
esta Tarde” (1950), del
novelista y dramaturgo
venezolano Guillermo Meneses.
Ese mismo año, Sujo, creó los Estudios
de Arte Dramático y para 1952, sus estudios se convirtieron en la Escuela
Nacional de Arte Dramático, dependiente del Ministerio de Educación, esta
institución es la escuela formación teatral más longeva del país. Ese mismo
año, Horacio Peterson creó, la Escuela de Teatro y el grupo de Teatro del
Ateneo de Caracas en 1952, llevando a escena obras de gran envergadura de
autores nacionales e internacionales.
Es importante
destacar el arribo a Venezuela de la chilena Lily Álvarez Sierra en 1952 quien
fortalece el teatro infantil, lleva a escena versiones de los cuentos clásicos
destinado a los niños, ese mismo año de su llegada, realiza una gira por las
ciudades más importante del país, desde ése momento inicia el impulso la
formación de jóvenes actores aunado al
entretenimiento para los más pequeños. Los frutos de la labor formativa de
Sierra se puede observar en los aportes que han hechos sus estudiantes, hoy
profesionales del teatro, quienes aportan a la cultura nuevos horizontes y
propuestas escénicas.
Otro personaje
que aporta a la escena venezolana es la de Romeo Costea, de origen
rumano, quien llega al país en 1953 quien incursionó en el teatro francés como
director, en Caracas funda una escuela de teatro
y el grupo Compás con apoyo de la Alianza Francesa, lleva a escena textos
contemporáneos como los de Samuel Beckett y Eugenio Ionesco influenciando
positivamente el arte teatral.
Tomando en
cuenta la incursión profesional y oportuna de estos personajes en la formación
de los actores, docentes, directores y gente de teatro, se inicia una nueva
etapa del teatro en Venezuela, esa nueva generación es estimulada para la
creación de agrupaciones y escuelas de formación actoral en varios estados del
país, asimismo, a lo largo de la segunda mitad del siglo XX éstas actividades
enriquecerán de manera vertiginosa la escena nacional de toda la época de
nuestro teatro contemporáneo.
Volviendo a las personalidades e
instituciones nacionales vale mencionar a Gilberto Pinto, quien cursa estudios
en el Centro de Capacitación Teatral en
1948 tres años después funda el Grupo Cuicas y en 1955 el grupo teatro El
Duende. Como dramaturgo estrena obras como “El Rincón del Diablo” (1961), “El
Hombre de la Rata” (1963) y “La
noche Moribunda” (1965). El 9
de junio
de 1956, el
Grupo Experimental del Liceo Andrés
Bello, dirigido por Eduardo Calcaño, realiza una lectura dramatizada de la obra
que denominaron “La Calle”, entre los textos seleccionados se
encuentra uno de Víctor Manuel Rivas.
Entre la década
de los años 40 y 50 las agrupaciones formadas realizan presentaciones de nuevos dramaturgos y los que ya se encontraban afianzados en la década
anterior, como lo son Leopoldo Ayala Michelena,
Luis Peraza, Aquiles Certad, Guillermo Meneses, Andrés Eloy
Blanco, de esta nueva generación de dramaturgos se encuentran Román Chalbaud, Isaac
Chocrón, José Ignacio Cabrujas, Humberto Orsini, Ida Gramcko, Elizabeth Shön,
entre otros.
En cuanto al
génesis de los festivales de teatro
venezolanos, éste se remonta al año 1959 cuando se realizó el primer Festival
de Teatro Nacional, promovido por el Ateneo de Caracas y la Asociación Pro Venezuela. En esta fiesta participaron 15
grupos teatrales con 15 montajes de obras venezolanas, entre ellas se encuentra
“El Puntal” (1933), de Víctor Manuel Rivas, interpretada por el grupo Emma
Soler y dirigida por Luis Peraza.
Para 1961 se gesta la segunda entrega del festival promovido por la Federación Venezolana de Profesionales del Teatro con el apoyo de la Policía de
Caracas, el teatro nacional apuntaba a la representación de obras extranjeras y
con una novedosa mirada de los artistas de la
época.
Entre los años
de 1960 y 1965 el teatro sigue experimentando cambios profundos, el sainete ya no es el
género más popular, nuevas tendencias son representadas, esto se debe a los acontecimientos políticos
ocurridos desde 1945 hasta la caída de Marcos Pérez Jiménez en 1958, de alguna forma los creadores de esos años se sentían con la necesidad
de expresar su incomodidad a través del arte escénico, Mannarino (1993) se refiere a estas expresiones como la de “juventud
disidente”, para este entonces la dramática venezolana ya era muy distinta como la realizada antes
de la llegada de Alberto de Paz y Mateos, Horacio Peterson, Juana Sujo, Gómez
Obregón, Costea y Álvarez Sierra.
Víctor Manuel de
San José Rivas Montenegro nació en Calabozo, estado Guárico, el jueves 11 de
Marzo de 1909. Hijo legítimo de Víctor Rivas y Natalia Montenegro. Fue
bautizado en la Catedral de la ciudad colonial, recibiendo el primer sacramento
cristiano por el entonces Segundo Obispo de la ciudad, Dr. Neri Sendrea y sus
padrinos de sacramento son familiares cercanos de su madre, evidenciado en la
Constancia de Bautismo expedida por la Arquidiócesis de Calabozo, (Gráfica 1).
(Gráfica 1) Constancia de Bautismo Víctor
Manuel Rivas
La niñez y
adolescencia de Víctor Manuel Rivas transcurre en Calabozo, que en el siglo
XIX, se perfila como una ciudad pujante, centro de letras y cultura. Allí se
cruzaban todos los caminos del llano. Según José Antonio Silva Agudelo,
cronista de la ciudad, Calabozo fue la Atenas Llanera, por la cultura que se
desarrolló en ella y por la capacidad creadora de sus hijos.
Calabozo es la
cuna del ilustre médico y poeta Francisco Lazo
Martí y su nombre y los versos de su Silva Criolla pueden verse en
varios puntos de la ciudad. También es la cuna del talentoso músico Antonio
Estévez, compositor de la famosísima Cantata Criolla basada en el Florentino y
el Diablo de Alberto Arvelo Torrealba. Desde el punto de vista del ambiente
natural, los alrededores de Calabozo tienen famosos palmares, morichales,
hatos, haciendas y fundos que albergan grandes concentraciones de animales
llaneros y hermosos atardeceres.
Este paisaje,
como en otros estados llaneros, ha sido de gran inspiración para compositores,
poetas y dramaturgos. Tal como lo expresa Lucas Guillermo Castillo Lara:
¡Calabozo! Un poco de llano
aprisionado. Un mundo de sol detenido. Un caliente palpitar de vida, cercado y abierto por muros, por
casas, por calles y plazas! Calabozo, un lugar que no cierra ni encierra, que
abre y descubre, libera y suelta. No es Calabozo sino aventura de quimeras. O
será Calabozo porque agarra los sueños. Igual que aprisiona a los hombres para
que vayan
y vengan y siempre vuelvan. Es un Calabozo no de cadenas sino de amor. Ancho como la sabana.
El
casco colonial de Calabozo es uno de los más
grandes de Venezuela y muestra la arquitectura de sus antiguos caserones que en
pie y orgullosamente hablan de su linaje y de ese tiempo de gloria como ciudad.
Fue en la antigüedad un pueblo ganadero de gran relevancia e
importancia para el resto del país y
allí vivían las familias más pudientes
de la zona. Fue una de las ciudades
más importantes de Venezuela y
antigua capital del estado Guárico, por decisión de José Tadeo Monagas. Todas estas situaciones históricas,
políticas y sociales que vivió Víctor Manuel Rivas siendo niño y adolescente, fueron absolutamente
decisivas y que en un futuroplasmaría de manera magistral en cada una de sus obras teatrales.
Sin embargo,
siendo un joven, Víctor Manuel Rivas se muda a la ciudad capital en busca de
nuevos sueños y metas, estudiar y desarrollarse como profesional, dejando atrás
con gran nostalgia a su pueblo natal, llevando en su corazón y su alma el
acervo histórico y cultural de su Calabozo querido por el resto de los días de
su vida.
Ya en la ciudad
de Caracas a los 18 años de edad, cursa cuatro años de estudios en el Liceo
Andrés Bello iniciando en 1927, en ese momento el Director de dicha institución
fue Rómulo Gallegos, el novelista hispanoamericano más relevante del siglo XX y
destacado político venezolano, Gallegos decide ese mismo año viajar a los
llanos y documentarse para su novela “Doña Bárbara”, quien de alguna manera
marcaría más adelante el desarrollo de la carrera de Víctor Manuel Rivas como
dramaturgo.
El pensum de
estudios era bastante complejo y completo. Las asignaturas cursadas fueron:
Para el primer año: Aritmética Razonada,
Castellano, Francés, Latín, Raíces Griegas, Geografía e Historia Universal,
Botánica, Dibujo
Segundo Año: Algebra, Literatura,
Francés, Latín y Raíces Griegas, Geografía e historia Universal, Geografía e
Historia de Venezuela, Geografía e Historia de América, Zoología y Química
Mineral.
Tercer Año: Geometría, Ingles,
Literatura general, Filosofía, Mineralogía y Geología, Quimia Orgánica.
Cuatro Año: Trigonometría y
Tipografía, Inglés, Filosofía, Biología, Cosmografía y Cronología, Física;
además de los cursos de Comercio y Agronomía.
Egresa en el año
1931, el trujillano Prof. Américo Briceño Valero Director del Liceo Andrés
Bello, le confiere el título de Bachiller en Filosofía y Letras, consolidándose
su educación moral, intelectual, cívica, humanista y ciudadana, bases
fundamentales para su futura carrera en Filosofía, Ciencias Políticas, también
como Diplomático, escritor y dramaturgo.
En de 1934,
Víctor Manuel Rivas a los 25 años, contrae nupcias en la ciudad de Caracas con
la distinguida señorita Carmen Teresa Baute Vetancourt de 19 años, merideña de
nacimiento y residenciada en la parroquia San José, el matrimonio Civil se realiza en casa de la familia Baute
Vetancourt en la noche del 27 de Octubre. (Gráfica 2)
(Gráfica 2) Acta de Matrimonio Civil de Víctor
Manuel Rivas. Distrito Federal
Ese mismo día,
27 de octubre de 1934, Víctor Manuel Rivas y Carmen
Baute contrajeron matrimonio eclesiástico en la Iglesia de la parroquia San
José de Caracas. (Gráfica 3).
Recibieron el santo sacramento de parte de Monseñor Jesús María Pellín, quien
era catalogado el mejor historiador eclesiástico de América en filosofía,
teología y derecho canónigo, sacerdote elocuente y de convincente verbo. Pellín
era Párroco de San José de Chacao a los 26 años. Sin embargo estuvo a cargo de
la Parroquia San José durante dos años desde 1933 a 1935.
(Gráfica 3) Acta de Matrimonio Eclesiástico de
Víctor Manuel Rivas
Según documento
de datos filiatorios, emitido por el Servicio Administrativo de Inmigración y
Extranjería (SAIME), Rivas se cedula como ciudadano venezolano el 13 de marzo de
1944 con el número V-43030, coincidiendo con el año en el que fue nombrado
Cónsul General de Venezuela en Estados Unidos. (Gráfica 4).
Se puede
apreciar en el registro de datos personales el nombre completo, fecha de
nacimiento 11/03/1909, estado civil casado, piel blanca, país Venezuela y sexo
masculino. Mientras que en los datos técnicos se distinguen las siguientes
señas: su primera cédula de identidad fue expedida en la Oficina de Plaza
Caracas el 13/03/1944, como se recordará la primera cédula de identidad en
Venezuela la obtuvo en 1942 el Presidente de Medina Angarita, hasta ese
entonces Rivas no habría necesitado el documento de identidad, incluso, para la
celebración de su matrimonio Civil en 1934 no se usaba este documento porque no
existía el proceso de cedulación en el país. Tuvo que cedularse para
desempeñarse como Cónsul en Estados Unidos. También se puede distinguir en el
documento que no tiene antecedentes penales y no era solicitado por las
autoridades judiciales.
(Gráfica 4) Datos filiatorios del SAIME de
Víctor Manuel Rivas
Realizó estudios
de cinco años y medio de Derecho en la Universidad Central de Venezuela (UCV)
desde 1931 hasta el 1° de enero 1936 obteniendo el título de Filosofía, que le
permitió abordar problemas fundamentales como la existencia, el conocimiento,
la verdad, la moral, la belleza, la mente y el lenguaje, destrezas necesarias
para abordar su desempeño en el Servicio Diplomático de Venezuela.
En este sentido,
sus estudios de Carrera Diplomática
los realizó en la Universidad Central de Venezuela, de acuerdo a lo que
establecía la Ley Orgánica del
Servicio Diplomático, de acuerdo a la Gaceta
Oficial n° 15.104 de fecha 9 de octubre de 1923, que establece a la carrera Diplomática,
como una disciplina perteneciente a la cátedra especial anexa a la Escuela de Ciencias Políticas, cuyas asignaturas son:
Historia del Derecho Internacional y
especialmente del Derecho Internacional en América, Política Comercial,
Análisis de los Tratados Públicos de Venezuela, Estilo Diplomático, Redacción
de Despachos, Notas y demás documentos y Leyes de Servicio Diplomático y
Consular, Derecho Internacional Público, Derecho Internacional Privado, Derecho
Constitucional, Principios de Finanzas y Leyes de Hacienda de Venezuela y los
idiomas Francés e Inglés en todo caso el Alemán o el Italiano, a elección del
candidato, esta última se cursaba en la Escuela de Comercio y Lenguas Vivas.
Es importante destacar que la
Escuela de Ciencias Políticas de la Universidad Central de Venezuela es hoy en
día, la Escuela Técnica Comercial Robinsoniana Santos Michelena.
Por disposición
del Congreso de los Estados Unidos de Venezuela y basándose en la Ley Orgánica
del Servicio Diplomático de fecha 1923, se crea el cargo de Legación de los
Estados Unidos de Venezuela. En la mencionada Ley se aclara que si el desempeño
de un Diplomático es satisfactorio para el país en la representación y defensa del pueblo de Venezuela, el Ejecutivo podrá “concederles su ingreso definitivo en la
Carrera diplomática con la categoría de Secretario”, por considerarlo conveniente a los
intereses internacionales de la nación.
Para el año
1936, Víctor Manuel Rivas, vive uno de los más anhelados sueños como
diplomático, el 10 de marzo de ese mismo año, ingresa a trabajar en el Servicio
Exterior de la República, desempeñándose como Secretario de Legación de Venezuela en España y Portugal, siendo
ratificado dos años consecutivos de acuerdo
a la Ley Orgánica de Servicio
Diplomático, cargo que desempeñó de manera cabal y satisfactoria hasta julio de 1938.
Mientras se
desempeña como diplomático, continua sus estudios en la Universidad Central de
Madrid desde el mes de abril hasta junio de 1936. El 22 de agosto de 1938 por
decreto presidencial, fue trasladado a Panamá con el mismo rango, continuando
sus estudios en la Universidad Nacional de Panamá, en donde se graduó como
Doctor en Ciencias Políticas en el mes de diciembre de ese mismo año,
permaneciendo en la nación centroamericana hasta julio de 1941 como
diplomático.
Durante ese
lapso quedó como Encargado de Negocios Ad Interim
(En el período), acreditado ante el
Ministro de Relaciones Exteriores de la República de Panamá, ejerce las
funciones que se le encomiendan desde Venezuela, siendo acreditado ante el
Ministro de Relaciones Exteriores y el Jefe de Estado panameño desde diciembre
de 1938 a septiembre de 1939 y
posteriormente desde febrero de 1940 a julio de 1941 cuando vuelve a Venezuela.
Se desempeñó
como Secretario de la Delegación de Venezuela en la Primera Reunión de Consulta
de Miembros de Relaciones Exteriores de las “Repúblicas Americanas de
Conformidad con los Acuerdos de Buenos Aires y de Lima”, realizada en la Ciudad
de Panamá el 23 de septiembre 1939.
El 22 de julio de 1944 el presidente Isaías
Medina Angarita lo designa junto a otros diplomáticos a constituir un Comité
Organizador del Tercer Congreso Nacional y Panamericano de Prensa a celebrarse en la ciudad de Caracas. Tres meses después, el 10 de octubre de ese mismo año es nombrado Cónsul
General de Venezuela en New Orleans, Estados
Unidos, cargo que desempeñó hasta junio de 1945; el 30 de mayo es nombrado Agente Comercial en el país
norteamericano, desempeñándose en el cargo hasta el mes de octubre.
El 3 de
noviembre de 1950 fue nombrado Consejero de la Delegación Permanente de los
Estados Unidos de Venezuela ante las Naciones Unidas. El 20 de septiembre de
1951 integra la Delegación Ad Honores que representa a Venezuela en la Sexta
Asamblea General de las Naciones Unidas que se realizó en Paris, Francia.
Asimismo participó en la Sub-Comisión número 9 de la IV Comisión que comenzó a
redactar la lista de “Factores que deben Tomarse en Cuenta para Determinar si
un Territorio no Autónomo ha Alcanzado o no la Plenitud del Gobierno Propio”.
El 10 de octubre
de 1952 funge como suplente en la Delegación que representa al país en el
Séptimo Período Ordinario de Sesiones de la Asamblea de las Naciones Unidas
realizada en Nueva York.
Posteriormente
el 23 de junio de 1953 integra la
Representación de Venezuela en el XVI del Período de Sesiones del Consejo Económico y Social de las Naciones
Unidas que se realizó en la ciudad de Ginebra el 30 de junio, donde ascendió a
Miembro Consejero Suplente.
Para el 19 de octubre de 1956 integra la delegación
del Undécimo período de Sesiones de
la Asamblea General de la ONU, se desempeña como Ministro Consejero de la
Delegación venezolana en Nueva York, posteriormente desempeñó el cargo de
Delegado Suplente de las sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas
y a los períodos XV (1960), XVI (1961), XVII (1962), XVIII (1963), XIX (1964) y XX
(1965) de reuniones del Consejo Económico y Social de las Naciones
Unidas.
También fue
Delegado de Venezuela en la Comisión de Medios Adicionales, en la Comisión de
Medidas Colectivas, Comisión de Medidas Adicionales, Comisión de Factores, fue
designado Presidente del Comité de Organizaciones No Gubernamentales en el
período correspondiente a 1955. Asimismo fue seleccionado Vice-Presidente de la
V Comisión de la Asamblea General en el Noveno período de Sesiones de éste
órgano.
El 20 de marzo
de 1957 es nombrado Jefe de la Delegación venezolana ante los Organismos de la
ONU en Ginebra.
En Caracas se
destaca como periodista de manara
eficiente, formó parte de la
Redacción del Diario “El Universal” entre los años de 1929 a 1936, mientras
cursaba estudios en el Liceo Andrés Bello y la Universidad Central de
Venezuela. En ese periódico se desempeñó como Jefe de Redacción y al regresar de Panamá, funda el diario “El Tiempo
de la Tarde” de Caracas, circulando por primera vez el 25 de agosto de 1941, este periódico se encontraba
ubicado en la avenida Urdaneta entre las esquinas de Ibarra a Pelota N° 9-1,
para la época el apartado de correos sería el N° 727, su publicación era
diaria, en el cintillo se imprime “Venezuela Marcha con tips económicos” luego
se toma ese slogan para el periódico que circuló posteriormente: En Marcha. Los primeros ejemplares fueron dedicados al
ejercicio intelectual, datos sobre el Partido Democrático de Venezuela (PDV),
liderado por el entonces presidente
Isaías Medina Angarita, cabe destacar que Rivas apoyo a las políticas
gubernamentales del ejecutivo a través del diario que presidia.
En
el diario El Tiempo, El Dr. Jesús Rafael Rísquez publica una entrevista que realiza al Venerable Doctor
José Gregorio Hernández sobre su profesión y sobre su experiencia vivida en el
convento de la orden de San Bruno en La Cartuja
de Farneta.
Por otra parte,
Rivas deja la dirección del periódico a su gran amigo y compañero de labores el
abogado, diplomático y novelista Mario Briceño Iragorry en 1944.
En cuanto a su
carrera como corresponsal en Estados Unidos, fue miembro de la Redacción de “Selecciones del
Reader’s Digest” de Nueva York desde el mes de
junio de 1946 a septiembre de 1948, fecha que entró a desempeñar la
Sub-Dirección de “El Diario de Nueva York” hasta diciembre de 1949. Este periódico se editó en
español desde su fundación en 1948, su creador fue Porfirio Domenici,
inmigrante dominicano, esta rotativa se dedicó especialmente a la comunidad
portorriqueña en Brooklyn, además se cubrían temas del estado de Nueva York y
países latinoamericanos, cesó sus publicaciones en 1963.
La personalidad
de Víctor Manuel Rivas es descrita por el diplomático venezolano Adolfo R.
Taylhardat quien tuvo la oportunidad de compartir con él en las lides de la
ONU, describiéndolo como un hombre:
“Extraordinario que gozaba de amplio prestigio
entre los delegados de los demás países.
Era una personalidad muy inteligente, conocedor de los temas coloniales, afectuoso y cordial que me tomó
especial aprecio y me orientó mucho en mi primera incursión en ese maravilloso
mundo de las Naciones Unidas. Era también una persona controversial por la
espontaneidad de sus opiniones y sus
puntos de vista generalmente fustigantes”.
Tomando en
cuenta esta descripción de Taylhardat se considera que Rivas fue un hombre
respetable, respetuoso y amable con las personas que lo rodeaban, un
intelectual y muy conocedor de las funciones a ejercer en su campo laboral,
dispuesto a orientar a aquellos que lo requirieran, se puede afirmar que el Dr.
Rivas dedicó sus fuerzas al trabajo filantrópico, esto se debe a sus relaciones
personales con artistas, intelectuales y políticos que obraran en beneficio de
un país mejor.
Como destacado
Consejero de Venezuela ante la ONU
cuyo órgano es garante de la paz, la justicia y asistencia humanitaria. Rivas
deja plasmado en su dramaturgia, apego a sus raíces, identidad y amor por las
tradiciones y su gente. Como hombre de teatro se ocupó en su época, de
contribuir con un acervo cultural de las raíces de nuestro llano, de Calabozo a
través de su profunda dramaturgia, dejando ambiciosos proyectos en manos de sus
colegas. Enfrenta con gran valentía y responsabilidad, como buen calaboceño, el
dramático y vertiginoso cambio de tipo económico, político y social que trajo consigo el siglo
XX siendo uno de los protagonistas que forjaron al país las sendas que debía
recorrer en el futuro de manera transparente y desinteresada.
Su labor como
diplomático es intachable, antepuso los intereses de la patria a los de un
determinado sector político, siempre se mantuvo fiel a las leyes y a la ética y
su carisma personal, llenó los espacios que ocupaba.
Rivas, fue galardonado con las siguientes condecoraciones:
Comendador de la
Orden Vasco Núñez de Balboa de la República de Panamá, dicha condecoración la
otorga el jefe de Estado a panameños distinguidos en las ciencias, las artes y
las letras y extranjeros a quienes el gobierno considere acreedores a esta
distinción, dicha orden fue establecida mediante la Ley 27 del 28 de enero de
1931.
Se le otorga la
condecoración Oficial de la Orden Carlos Manuel de Céspedes de la
República de Cuba. Esta Orden es otorgada a primeros secretarios de embajada o legación y agregados comerciales.
Asimismo, recibe
la Condecoración Comendador de la Orden al Mérito de la República de Ecuador,
esta orden Nacional al Mérito fue establecida como una condecoración de orden
civil por el presidente de la República del Ecuador don Isidro Ayora, quien fuera mandatario del país entre el 3 de abril de 1926 y el 24 de agosto de 1931. La
Orden, que es la segunda más alta entre las Condecoraciones de Ecuador,
fue establecida el 2 de diciembre de 1929 con la publicación de un estatuto que se maneja hasta el día de hoy.
De igual forma
recibe la Orden del Libertador de la República de Venezuela, siendo éste
galardón la máxima distinción de nuestro país, creado por el entonces
presidente Antonio Guzmán Blanco en 1880 siendo destinada a premiar los
servicios distinguidos a la patria, al mérito sobresaliente y a los beneficios hechos
a la comunidad. El Presidente de Venezuela es jefe de la orden y le
correspondía conferir El Collar. Fue sustituida en 2010 por la Orden
Libertadores y Libertadoras de Venezuela.
El 20 de julio de 1965 muere en New York. Según la Gaceta Oficial número 28626 del 14 de mayo de 1968 el estado le
asigna a la señora Carmen de Rivas “Viuda del doctor Víctor Manuel Rivas, ex
Funcionario del servicio Exterior” una
pensión según lo estipulado en la Ley del
Personal del Servicio Exterior. Por su parte la señora Rivas se ocupa de la
publicación y donación de los ejemplares de la que fue la novela histórica y
memorística La Cola del Huracán
(1968) título que lo ingresa en las páginas de la literatura venezolana.
Como dramaturgo publica las obras El Puntal (1933), Antesala (1940), que obtiene el Primer Premio del Certamen “La Comedia Venezolana” auspiciada por el Ateneo de Caracas en 1940 y El Pueblo (1940) representada el 12 de diciembre de 1942 por la Sociedad Amigos del Teatro, cuya institución fue fundada el 1º de agosto de ese mismo año por Víctor Manuel Rivas, Aquiles Certad, Guillermo Meneses, Luis Peraza, Leopoldo Ayala Michelena, Eduardo Calcaño, Carlos Salas (escenógrafo e historiador), Ángel Fuenmayor, Raúl Izquierdo, Juan Benshimol, entre otros tantos artistas y dramaturgos de la época. En las páginas preliminares de la obra Antesala (1940) el autor acota que “Para las tablas” se encuentran la trilogía urbana de género comedia La Garra Decrepita que Comprende: El Hotel Jardín (s/f), El Ministro (s/f) y Siempre Estudiantes (s/f), de igual forma indica que se encuentran en preparación la “Trilogía Rural” El Pueblo (1942) Se Fueron Los Hombres (s/f) y El Puente (s/f).
La obra Hombres (1933) se
conoce que se estrenó ese mismo año, y la escenografía fue realizada por
pintores como Francisco Narváez y Manuel
Salvatierra; no se ha encontrado el texto dramático. De la misma forma, no se
han encontrado más información de la obra La
Zamurada (1933) solo que fue
representada en Caracas y en el exterior, al igual la obra Tres Tardes
en los Robles (1945) dirigida por Guillermo Meneses con la Sociedad amigos del
Teatro, no se encuentra el texto dramático, sin embargo la escritora, política
y diplomática venezolana Mercedes Carvajal de Arocha conocida como Lucila
Palacios realiza una crítica interpretativa de la pieza, encontrada en la
sección de Libros Raros y Manuscritos de la biblioteca Nacional de Venezuela,
la cual se agrega en esta investigación. En cuanto a las obras Noches en Blanco
(s/f) y Sol Recién Nacido (s/f) no se encontraron los textos dramáticos, sólo
algunas menciones en tesis y
entrevistas.
Víctor Manuel
Rivas como hombre de teatro, comprometido con el quehacer cultural, funda la
Sociedad Amigos del Teatro el 1º de agosto de 1942, con la intención de
organizar e impulsar el sentido nacional, con obras que describieran el sentir y ser venezolano, las cuales
serían interpretadas con actores nacionales, Rivas fue el primer director y
productor teatral de la Sociedad, lleva a escena la obra Abigail (1937) de Andrés Eloy Blanco, luego
estrena El Pueblo (1942) de su autoría, posteriormente renuncia a la dirección,
asumiendo esa responsabilidad el dramaturgo y también diplomático Aquiles
Certad, esta sociedad continuó hasta 1946.
Es importante
aclarar que la obra El Pueblo (1942) se encuentra en la trilogía La Garra
Decrépita y no en la “Trilogía Rural” como indicó Rivas en las páginas
preliminares de Antesala (1940)
ESTUDIO DE LAS OBRAS TEATRALES DE VÍCTOR MANUEL RIVAS
Género: Comedia
dramática en prosa. Dividido en tres actos Estilo: Costumbrista
Año de Edición y Editorial: 1933 Editorial
Sur-América.
Año de Estreno y
Agrupación: 1933 en el Teatro Nacional por la Compañía Lirico-Dramática
Venezolana.
Dirección: Jesús
Izquierdo Personajes:
Dolores Petra Elena Maritza
Clara (Criada) Eusebio
Miguelito Alejandro Miguel John Evangelista
La obra se desarrolla en un
hato guariqueño, en los alrededores de la ciudad de El Sombrero, donde hace vida Eusebio,
dueño de “El Mamón” junto a su esposa Dolores, quien tiene a su cuidado a
Petra, la joven que realiza los oficios domésticos y a Evangelista, el peón mayor, quien la
corteja. Eusebio al llegar de la faena le comenta a su esposa el desagradable
acontecimiento que sufre su compadre Carrasquel, a quien sus sobrinos lo han acusado
de malversar el hato, propiedad del compadre y sus hermanos. Eusebio preocupado
por ese asunto, le manifiesta a su esposa el mal presentimiento que le suceda
lo mismo con su hermano
Miguel. Sin embargo, considera que su hermano
no aceptará la “partición” de El
Mamón, porque deben respetar la petición de
su fallecido padre de no dividir las tierras. No obstante, Eusebio está
seguro que sus sobrinos citadinos serán la causa de tal división. Ese
presentimiento se hace realidad al recibir una carta de su hijo Miguelito enviada
desde Caracas, éste joven reside en la capital en casa de sus tíos
Miguel, Elena y sus primos Maritza y John. En la carta su hijo le informa que
John ha estado indagando sobre el
ganado existente en el hato y pone en entre dicho la reputación de Eusebio, considerando que no ha estado realizando una transparente
administración. Miguelito le solicita a su padre mudarse de casa de sus tíos y
Eusebio lleno de coraje, resuelve dividir el hato y consentir la mudanza de Miguelito.
El segundo acto
transcurre en Caracas, residencia de Miguel y su esposa Elena, Miguelito y
Eusebio se han encontrado en Valencia por razones de negocios. Eusebio se
hospeda en un hotel capitalino, seguidamente hacen acto de presencia en la mencionada casa. El joven hijo trata de
convencer a su padre que el
comentario de su primo John no trascendido y ha olvidado el asunto, pero el
padre le indica que su hermano no se ganó la posición social que ostenta por su
propio esfuerzo, sino que tuvo que casarse con Elena Gil de buena posición
social y apellido respetable. Luego, Elena
y Maritza reciben a la familia proveniente del interior con mucha cordialidad y
puede notarse el trato de confianza que hay entre Miguelito y Maritza, este
trato permite a Elena disculpar las acciones impetuosas de los jóvenes, que
hablan sin pensar antes. Eusebio sugiere a su cuñada y sobrina cierta
incomodidad, esta forma de comportarse la notan al enterarse que no se
hospedará en su casa sino en un hotel. Miguel recibe a su hermano con mucha
familiaridad, pero aquel marca distancia. En este acto se observa el clímax de
la obra, cuando Eusebio de manera cortante le entrega las cuentas del hato de forma detallada, sugiriéndole que se
las muestre a John, Miguel no comprende y luego su hermano le explica lo que a
su parecer debe ser un Barrios:
lograr las cosas
por sus propios esfuerzos y no por otra persona,
se refiere a que se casó con Elena por
su apellido, subir de estatus social y por tal motivo él no manda en su propia
casa, Eusebio continúa su argumento acotando que no quiere problemas en un futuro no muy lejano con sus sobrinos,
en cuanto a la administración del hato, por tal motivo quiere partir las
tierras, con esta sentencia, Eusebio estaría rompiendo con la solicitud de su difunto padre, pero la decisión está
tomada. Miguel indignado por las acusaciones y proposición de su hermano, hace
que John se presente y así aclare el comentario en el que puso a su tío en
entre dicho por la administración de El Mamón.
Este último acto
se desarrolla en el hato El Mamón, Eusebio, Miguel, Miguelito y Evangelista
junto a los peones se encuentran en la sabana recogiendo el ganado para
venderlo, en la escena se encuentran Dolores y el compadre Alejandro conversan
sobre la decisión de Eusebio, tristes por la situación recuerdan al fundador
del hato y que esa acción es “la segunda
muerte de Don Miguel” señalan que Miguelito es el Puntal de la familia y
como buen llanero sabe enfrentar las duras situaciones de la vida, es buen
hijo, producto de la crianza de sus padres. Petra y Alejandro conversan sobre
lo “inteligente que es ese negro”
refiriéndose a Evangelista, por las coplas que ha compuesto producto de la
partición, Alejandro bromea con Petra recalcándole que ella gusta de
Evangelista, aunque lo niegue. Eusebio, Miguel y Miguelito llegan de la sabana
mientras Evangelista se acerca cantando una triste tonada la cual los hace
enmudecer y a su vez los hace reconsiderar la propiedad, Eusebio pide que haga
silencio, por la distancia y tropel de los animales que arrea no lo oye,
Miguelito se dirige a él a caballo para informarle lo que dice su padre a pesar
de la petición de no dirigirse al lugar por que correría peligro, por la fuerza
del destino Miguelito muere por la herida que le hiciera un novillo.
Relación Entre el Autor, la Época en que Vivió
y la Obra El Puntal
La obra de
teatro fue escrita en 1933 y el autor la ubica en esa época, se considera que
el autor y su obra guardan estrecha relación, en primera instancia por la forma
de vida de los personajes que hacen en el hato, la faena diaria del hombre
llanero, por ejemplo el arreo del ganado, presente en El Puntal (1933), herrar
el ganado y por supuesto tomar café a las tres de la tarde, la tradición
campestre aún se conserva en los llanos venezolanos.
Luego se
encuentra en el texto dramático el lenguaje empleado por los personajes, propio
del interior y en especial la llaneridad, de igual forma se usan dichos y
refranes autóctonos en su comunicación cotidiana. De igual modo el uso de las
coplas, forma poética de expresar
alegrías y desdichas del llanero. El autor emplea imágenes en boca de sus protagonistas
para describir el paisaje, tareas del campesino o describe acciones que se
deben evitar para vivir en esas zonas.
En tercer
término hace referencia a la religión católica en las expresiones de los
personajes, vale destacar la fuerte presencia de la religión en el país y por
ende en la sociedad venezolana. Debido a esta creencia el dramaturgo es
bautizado y formado bajo la fe cristiana en los primeros años de su vida. El
compadrazgo se encuentra presente en las relaciones de los personajes, muy
común en los poblados y ciudades del interior.
Luego se
encuentra la economía agraria muy común en la Venezuela de 1933, aunque con la
explotación y exportación petrolera para 1933 Venezuela se encontraba en los
primeros puestos de países exportadores de petróleo, aún así el país aun
producía productos agrícolas y pecuarios para la manutención de la economía
interna, esto sin mencionar la ruralidad en que se encontraba el país.
Rivas sugiere en
su obra cómo era sociedad de ese momento, establece una relación con la familia
Barrios que viven en el campo y los Gil, citadinos, el país experimentaba la
diáspora de ciudadanos del interior a las grandes ciudades producto de la
explotación de crudo, ésta nueva forma económica cambia las formas de vida de
muchos ciudadanos, en busca de nuevas oportunidades, abandonan el campo,
éste es el caso de Miguel, otros se quedan
en el campo, como sucede con Eusebio y su esposa Dolores. Se puede deducir que
el punto intermedio entre sendas realidades es el personaje de Miguelito quien
mantiene relación con ambas formas de vida.
El nudo de la
obra se presenta cuando John Hijo de Miguel pone en tela de duda la
administración de su tío del hato. Por consiguiente se induce que las familias
que vivía en el interior dejaban sus propiedades al desplazarse a la ciudad de
Caracas, como es el caso de esta obra teatral, dejaban a un capataz o encargado
del hato, esta persona era de suma confianza para las familias y cada cierto
tiempo debía viajar a llevar cuentas a su patrón o viceversa. El Caso de El
Puntal (1933) ocurre algo parecido, el hijo menor hace vida en Caracas (Miguel)
y el mayor (Eusebio) se queda en el campo, ambos son dueños y comparten las
ganancias generadas por la venta del ganado.
Se puede inferir
que la transición de la Venezuela agrícola y pecuaria a la petrolera marca la vida de todos los habitantes, desde el
punto de vista social se puede
interpretar en la manera de comportarse, la deferencia de los citadinos es muy distinta a los habitantes del campo,
este comportamiento se denota en los personajes que viven en los lugares respectivos.
De igual forma
se nota que la ciudad es más susceptible a asumir modas y costumbres exógenas,
Eusebio en el primer acto refiriéndose al daño que ha hecho las costumbres extranjeras,
se refiere al extraño comportamiento de un animal del hato: “¡Hasta eso ha traído la civilización! No
solamente las mujeres son marimachas,
sino las gallinas también!” con esta cita se denota que el personaje
mantendrá hasta el final su costumbres y
tradiciones. Asimismo en el segundo acto Maritza habla sobre lo emocionante que
sería ir al llano, su primo miguel le acota que es “Snobismo” simplemente se
quiere mantener a moda.
En resumen, la
obra de Rivas mantiene relación la época en que vivió, plasma de manera muy
clara las formas de vida para la época, las relaciones personales, económicas y
sociales. Los diálogos son fluidos, en ocasiones usa frases y términos muy
autóctonos, resalta la importancia del acervo cultural de la llaneridad a
través de coplas en boca
de sus personajes.
La progresión dramática
está bien lograda, pudiendo impactar al
lector-espectador con la resolución obtenida en cada escena. Los personajes muy bien definido es su
psicología y se encuentran acorde con el modo de pensar de la época. Es
conflicto es bien desarrollado a través de los diálogos y didascalias. En este
sentido, las acotaciones en la escena final acompañan el desenlace dando un
toque poético y reafirmando el dramatismo.
Titulo de la Obra: Antesala
Género:
Comedia Estilo: Costumbrista
Año de Edición y
Editorial: 1940 Ediciones de Repertorio Americano San José de Costa Rica
Año edición: 1940
Personajes:
La Señora Insignificante…………………………….. (60 años) El
Señor del Interior…………………………………. (55 años) El Señor Notable…………………………………….. (70
años) El Coronel…………………………………………… (45 años) El Director del
Ministerio…………………………… (40 años) El Portero……………………………………………. (30 años) La Dama Elegante…………………………………… (35 años) El
Técnico Extranjero……………………………….. (30 años)
Argumento de la Obra Antesala
La obra fue
escrita en 1940 y se desarrolla en ésa época en la antesala de un ministerio de
la ciudad de Caracas, los personajes que allí se encuentran esperan ser
atendidos por el Ministro, sin embargo el Director también recibe a algunos
ciudadanos. La espera es tema central de la obra, acción que invita a quienes
allí se encuentran expresar sus pesares. El señor Notable solo quiere entrar y
saludar el director, al notar que hay personas primero que él se excusa
constantemente que no pedirá nada, solo saludar a su
amigo. El Señor del Interior es un antiguo hacendado; la Señora Insignificante es una maestra de
edad avanzada y espera tener una tarjeta de recomendación; El Coronel en una
época fue jefe civil, mientras ejercía su cargo encarceló a quien ahora es el
Director, éste le prohíbe la entrada y se niega a atenderlo. Por su parte la
Dama Elegante es atendida inmediatamente al igual que el técnico extranjero. El
Señor Notable es atendido por el Director y le explica a su amigo que en la
antesala “colocan” a las personas para que desistan de sus peticiones, cuando
la Señora Insignificante está a punto de ser atendida, el Director le indica
que el ministro se ha retirado con el señor
Notable.
Relación del Autor, la Época en que Vivió y la
Obra Antesala
En Antesala
(1940) Rivas describe la atención que pudieron haber recibido los ciudadanos de
la época en las instituciones públicas, se hace evidente la crítica a los
procesos burocráticos que trae consigo la modernización del país. Nuevamente se
pone de manifiesto la diferencia de los modos de vida: el citadino y el rural.
En el primero el dramaturgo lo representa con personajes de buena situación
económica o que brinden un beneficio al servidor público que los atenderá, por
ejemplo La Señora Elegante y el Técnico Extranjero son atendidos rápidamente,
sin embargo Señor Notable espera para “Saludar” al Ministro para luego
marcharse con él.
En cuanto a los
habitantes del interior el trato es indignante e inhumano, la espera es larga y
con ello indirectamente las respuestas a sus solicitudes serán negadas, Rivas
subjetivamente indica la marcada diferencia social existente en el contexto en
que escribe la obra teatral. En cuanto a los personajes del Coronel, nunca será
atendido, ya que el Director tuvo un altercado en el pasado, se trata de las
consecuencias del abuso de poder muy común en jefes Civiles de los pueblos, ahora
depuesto el coronel desea una audiencia con el Ministro la cual es impedida por
El Director.
Rivas claramente
maneja la importancia del poder político como instrumento para realizar
acciones positivas o represalias contra el otro, también puede notarse la centralización de los poderes
públicos en la capital de la nación, como lo propuso el depuesto presidente
Cipriano Castro en su Revolución Restauradora como proyecto político, a
consecuencia de ello los personajes proceden de diversas latitudes para
resolver sus asuntos bien sea de orden
agrario, económico o educativo.
Nuevamente Rivas
hace referencia a la religión católica en los textos de los personajes que
representan la población rural, al igual que los dichos y refranes expresados por
ellos, los personajes son identificados con nombres que sugieren desigualdad
social, por ejemplo La Señora Insignificante y La Dama Elegante, El Señor del
Interior y El Señor Notable, el Técnico Extranjero y el Portero.
En resumen, el
dramaturgo expresa en su obra La Antesala (1933) la inconformidad de los
ciudadanos al recurrir a cierto órgano del estado y no ser atendido oportuna y
eficazmente, critica de manera jocosa el tráfico de influencias y la exclusión
social.
Titulo de la Obra: El Pueblo
Género: Drama
Estilo: Costumbrista
Estilo: Costumbrista
Año de Edición y Editorial: 1940. Compañía
Editorial “General Rafael Urdaneta”
Año de Estreno y
Agrupación: 1942 por la Sociedad Amigos del Teatro Dirección: Víctor Manuel
Rivas
Personajes:
Luis Francisco
Eloísa
Serafina
Silvestre
Gabriela
Gumersindo
Mujer del Muchacho
Mujer de los Zapatos
Muchacho
Eloísa
Serafina
Silvestre
Gabriela
Gumersindo
Mujer del Muchacho
Mujer de los Zapatos
Muchacho
Merejo
Mujer de Merejo
Hombre del Gallo
Hombre del Gallo
Juancho
Morocho
Rosalía
Hombre del Frasco
Mujer de los Platos
Mujer de la Vela
Mujer del Cromo
Mujer de los Platos
Mujer de la Vela
Mujer del Cromo
Argumento de la Obra El Pueblo
Primer Acto
Se desarrolla en
la botica un pueblo del estado Guárico, Luis francisco le pide a Eloísa que
huya con él, argumentando que su padre, el jefe Civil es un déspota, ella trata
de convencerlo de lo contrario y se niega a marcharse con él, por esa razón el
ardiente amante da por terminada su
oculta relación. Serafina, la partera, le pide valeriana para calmar los
nervios producto de un mal parto al que ha
asistido, comenta que la criatura nació sin vida y que el limbo está
lleno de gente de ese pueblo, sugiere que el mal que sufren es porque El
General compro las tierras con ello
llegaría el progreso y no fue así. Manifiesta que si el abuelo de Luis francisco estuviera vivo, las cosas
estuvieran mejor. Don Silvestre entra a escena y bromea con Serafina, quien se
queja del decaimiento del lugar, luego se une a la reunión Gabriela, muy
religiosa, feliz notifica a sus vecinos que vendrá un nuevo obispo, sin
embargo la noticia no alegra a
Gumersindo quien informa que se llevan la Jefatura Civil, para pasarla al pueblo
de los Jabillos, también informa que ha sido Eloísa quien redactó el telegrama.
Luis francisco enfurece, Gumersindo
trata de calmarlo diciendo que ella le corresponde y que la decisión del cambio
no es su culpa. Entra a Escena la “alegre” Juliana discute con Gumersindo sobre
el cambio de la Jefatura,
sentenciado que allá la gente es alegre,
que no piensan en la muerte. En la siguiente escena el sepulturero reflexiona
sobre la muerte del alma. Silvestre, padrino de Luis Francisco, trae la noticia
de la muerte de Brígida, la mujer que estaba en trabajo de parto, deprimido le sugiere a su ahijado que aún joven
como para seguir allí y sufrir desmanes. Entra Rosalía, le indica a su hijo
Luis Francisco que hay que seguir los ideales, defender el pueblo. A su pesar
acepta que se una con Eloísa la hija del Jefe Civil, sin embargo su hijo le
aclara que él ha roto con ella. La última escena del primer acto, culmina con
la entrada de los vecinos a la botica, pidiéndole a Luis Francisco dinero para
el sepelio de Brígida, en principio dice no tener dinero en ese momento, los
vecinos desesperados acuden a Eloísa, allí el joven boticario explota de ira,
considera que los vecinos le dan la espalda y por esa razón los hecha del
local.
Segundo Acto
Se encuentran
desayunando Rosalía y Luis Francisco, en el ambiente se siente distinto, han
pasado dos meses de la noticia del cambio de la Jefatura Civil y aún no se ha
concretado, Rosalía se siente preocupada por su hijo, ya que de manera clandestina sigue viendo a Eloísa, personaje que
hace acto de presencia en su casa, muy sincera le dice que ella no es culpable
del cambio de la Jefatura Civil y que ya es
un hecho, Rosalía la culpa por el mal estado de salud de su hijo. Ya solos Luis Francisco describe quién era Pancho
Mendoza, aunque cruel con la gente, lo respetaban, enseguida le recita una
copla donde habla de las hazañas de su abuelo, nuevamente la invita a escapar y
sale de escena dejándola sola. El padrino de Luis Francisco se encuentra con
Eloísa, ella le pide a Silvestre que desista de lo que hace su ahijado, el
padrino lo apoya en sus decisiones y la huida de
los jóvenes amantes está consentida por él. La joven queda sola en escena nuevamente, algunos vecinos llevan
sillas que ha prestado Rosalía para la misa, muy
felices conversan sobre la llega del
nuevo obispo y la festividades que se realizarán esa noche, sin embargo,
Rosalía les da la noticia de que ahora sí quitarán la Jefatura definitivamente,
los vecinos se molestan y se preparan para hacer una revolución, es entonces
cuando Luis Francisco la lidera como lo hiciera su abuelo en un caballo.
Tercer Acto
Se inicia cuando
Gumersindo, Luis Francisco y Merejo
se encuentran frente a la iglesia, es de madrugada cuando salen de la cárcel
después de veinte días de arresto. Luis francisco es un hombre distinto al
sentir que la iglesia y las casas derruidas “le hablan”, considera que haber
iniciado la revuelta donde reclamaban la Jefatura Civil le hace ver las cosas
distintas, medita que con esa acción conquistaron la noción del presente y que
las acciones se atacan con visión de futuro y no del pasado, como lo hacía su
abuelo. Luego se percatan que de la iglesia dan acordes con el órgano y
se disponen a ingresar para descubrir que es Gabriela quien ejecuta el
instrumento, acto seguido notan que Morocho está en el recinto. Luego entra a escena Silverio, su ahijado
lo convence de subir al campanario donde se encuentra para explicarle que desde
allí las cosas se ven diferentes, desde el futuro. Luego entran Serafina con el resto de los habitantes preguntando
si ya se llevan la Jefatura, se
alegran porque ha liberado a los detenidos, sin embargo hay tristeza por la
decisión. El Coronel se dispone a retirarse del ahora caserío y su hija Eloísa
monta el caballo que le decomisó a Luis Francisco,
en su partida, el animal desconoce a su nuevo dueño y trata de volver, los
hombres de la iglesia lo llaman y el rocín obedece, en medio de alegría y
admiración por la actitud del zaino, Luis Francisco
sale a su encuentro, lo monta y se lleva con él a Eloísa, el Coronel cae de su
corcel tras la persecución, es entonces cuando Rosalía sale a levantarlo para
pedirle que ayude a su hijo a unirse con Eloísa, “a fundir sus sangres, a conseguir una sola sangre caliente”.
Relación del Autor, la Época en que Vivió y la
Obra El Pueblo
Se considera que
el autor y su obra guardan estrecha relación por varias razones, en primer
lugar la obra se desarrolla en una “aldea
en ruinas en los llanos venezolanos” entre 1930 y 1931 siendo su
publicación y estreno en 1942 la correspondencia radica, entre el contexto
histórico social del país y el texto dramático en ambos escenarios Venezuela aún
era un país rural, su sistema político era dictatorial, aunque en la
constitución estableciera lo contrario. Los ciudadanos
encargados de los estados eran denominados Presidentes de Estados y los jefes
civiles estaban a cargo de los pueblos. Ahora bien, se puede observar cómo se
ejercía el poder político en la obra, obedecían a “órdenes de arriba” sugiere
al presidente de estado y su vez del General Gómez, guarda relación en la época
con la obra. Cabe destacar
que Rivas nace en Calabozo en año de 1909 la ciudad colonial era capital del
estado en ese momento, cuando se ejecuta el cambio de la capital a San Juan de
los Morros el entonces Presidente de estado era Juan Ramírez, muy allegado al
General Gómez, esa acción despertó mucha incomodidad en los calaboceños de la
época y el descontento fue general. En la obra de Rivas plantea, con algunas
diferencias de tres o cuatro años el cambio de capital, pero la denomina “Jefatura Civil”. Asimismo cuando el
dramaturgo hace referencia a Los
Jabillos alude a un hato aledaño
a San Juan, entonces, se puede vincular los hechos históricos con los descritos
en la obra El Pueblo (1942)
Por otra parte la forma de vida de los personajes que hacen vida en la “Aldea en Ruinas” Serafina personajes de la obra, alude a la compra de las tierras por el General, se puede inferir que las tierras eran propiedad del Presidente, como sucedió en nuestra historia nacional. De igual forma la muerte y desolación está presente en la obra teatral, en la primera el deceso de un infante, la falta de medicamentos en la botica, se puede relacionar con el índice de mortalidad infantil y la falta de gerencia en materia de salud pública en el período gomecista, en segundo lugar la desolación denota la migración de los ciudadanos del campo a las grandes ciudades, producto al nuevo sistema económico, de agrario a petrolero, de igual forma el país sufrió una depresión económica e 1929 y se notó drásticamente la sociedad, se puede establecer una conexión entre la diáspora de los pueblos venezolanos y su decaimiento con el ambiente descrito por Rivas en su obra teatral.
Desde el punto de vista religioso, el catolicismo se encuentra presente en las expresiones de los personajes, en El Pueblo (1942) está representado por Gabriela, personaje muy devota. Asimismo el dramaturgo refuerza este elemento con la llegada de una nueva autoridad eclesiástica al lugar y realiza en los textos una alusión a la celebración de una misa. En la última escena, Gabriela ejecuta una canción eclesiástica que acompaña el clímax de la obra. También, en El Puntal (1933) el compadrazgo se encuentra presente en las relaciones de los personajes, costumbre de la identidad venezolana.
El lenguaje empleado por los personajes en el texto dramático es propio de los llanos centrales, de igual forma se usan dichos y refranes autóctonos en su comunicación cotidiana, este lenguaje es propio de la época en que se escribe la obra, al igual que el empleo de las coplas en la dramaturgia, reafirmando así la identidad propia de la llaneridad.
En cuanto a la resolución del conflicto, Luis francisco después de ser apresado se convence de ver el presente con ojos de futuro al igual que las acciones que realizará en su vida. Pudiendo deducir que la sociedad de la época y sobre todo la juventud, tendrán que asumir una actitud distinta en el nuevo país en que viven, se trata de una “Resurrección” como dice Luis Francisco, de la nación.
Rivas establece relación con la época en que ubicó la obra, muestra claramente el modo de vida de poblados venezolanos a través de sus personajes con las relaciones interpersonales, muestra facetas económicas y sociales de los lugareños, haciendo una proyección al país de ese momento. Los personajes se encuentran muy bien definido en su psicología, los diálogos son fluidos, en ocasiones usa frases y términos muy autóctonos, resaltando la importancia del acervo cultural de la llaneridad. Al emplear coplas en la dramaturgia, refirma su identidad nacional y regional y en este texto especialmente imprime simpatía hacia su ciudad natal.
Por otra parte la forma de vida de los personajes que hacen vida en la “Aldea en Ruinas” Serafina personajes de la obra, alude a la compra de las tierras por el General, se puede inferir que las tierras eran propiedad del Presidente, como sucedió en nuestra historia nacional. De igual forma la muerte y desolación está presente en la obra teatral, en la primera el deceso de un infante, la falta de medicamentos en la botica, se puede relacionar con el índice de mortalidad infantil y la falta de gerencia en materia de salud pública en el período gomecista, en segundo lugar la desolación denota la migración de los ciudadanos del campo a las grandes ciudades, producto al nuevo sistema económico, de agrario a petrolero, de igual forma el país sufrió una depresión económica e 1929 y se notó drásticamente la sociedad, se puede establecer una conexión entre la diáspora de los pueblos venezolanos y su decaimiento con el ambiente descrito por Rivas en su obra teatral.
Desde el punto de vista religioso, el catolicismo se encuentra presente en las expresiones de los personajes, en El Pueblo (1942) está representado por Gabriela, personaje muy devota. Asimismo el dramaturgo refuerza este elemento con la llegada de una nueva autoridad eclesiástica al lugar y realiza en los textos una alusión a la celebración de una misa. En la última escena, Gabriela ejecuta una canción eclesiástica que acompaña el clímax de la obra. También, en El Puntal (1933) el compadrazgo se encuentra presente en las relaciones de los personajes, costumbre de la identidad venezolana.
El lenguaje empleado por los personajes en el texto dramático es propio de los llanos centrales, de igual forma se usan dichos y refranes autóctonos en su comunicación cotidiana, este lenguaje es propio de la época en que se escribe la obra, al igual que el empleo de las coplas en la dramaturgia, reafirmando así la identidad propia de la llaneridad.
En cuanto a la resolución del conflicto, Luis francisco después de ser apresado se convence de ver el presente con ojos de futuro al igual que las acciones que realizará en su vida. Pudiendo deducir que la sociedad de la época y sobre todo la juventud, tendrán que asumir una actitud distinta en el nuevo país en que viven, se trata de una “Resurrección” como dice Luis Francisco, de la nación.
Rivas establece relación con la época en que ubicó la obra, muestra claramente el modo de vida de poblados venezolanos a través de sus personajes con las relaciones interpersonales, muestra facetas económicas y sociales de los lugareños, haciendo una proyección al país de ese momento. Los personajes se encuentran muy bien definido en su psicología, los diálogos son fluidos, en ocasiones usa frases y términos muy autóctonos, resaltando la importancia del acervo cultural de la llaneridad. Al emplear coplas en la dramaturgia, refirma su identidad nacional y regional y en este texto especialmente imprime simpatía hacia su ciudad natal.
Por su parte, se
aprecia la profundidad en los textos del sepulturero cuando relaciona la muerte
del alma con la muerte de los pueblos.
Titulo de la Obra: Tres Tardes en los Robles
Dirección y Agrupación: Guillermo
Meneses. Sociedad Amigos del Teatro Crítica Teatral de Lucila Palacios del 20
de abril de 1953 (No publicada, se encuentra
en la Colección de Libros Raros de la
Biblioteca Nacional)
Tres
Tardes en Los Robles
Una de las obras más
hermosas, más interesantes que se han escrito en los últimos tiempos, es la
ficción dramática de Víctor Manuel Rivas ¨Tres Tardes en los Robles¨.
La intelectualidad de esa
obra radica en el secreto de un hogar donde se captan personajes morbosos, es
el caso frecuente de la familia de aspecto corriente, califica algunas veces
como extravagante en el grupo social a que pertenece y que en el fondo no es
más que un semillero de neurosis.
Allí, precisamente, en ese
medio enfermizo, en cuyo origen tomó parte la formación espiritual del
individuo, se desarrolla la acción dramática. Y su actualidad crece a medida
que la vida del presente va dibujando caracteres semejantes a los que se
desenvuelven en su trama.
Porque es lo cierto que
nuestro siglo está contribuyendo a desgaste nervioso de los hombres,
presionados por toda clase de dificultades, inquietos ante la estabilidad económica,
llenos de incertidumbre en lo moral, sorprendidos por las innovaciones científicas
que en algunos casos son propicias a su vida y en otro pueden llevar al total
exterminio de lo humano. Y esta influencia morbosa, que casi no se advierte,
que rodea a la colectividad y le imprime su sello, recae sobre la familia, se
refleja en el hogar con todo su malestar, y contribuye a su desequilibrio.
Mas lo que da a la obra de
Víctor Manuel Rivas un carácter especial entre las de su género, es que la
situación ofrecida por él, tan aguda, como caso clínico, se desarrolla en un
ambiente poético. Son las tardes sobre los robles con sus variantes de color…
“Las tardes de Marzo”, rojas, violetas,
proclives para excitar los nervios, llenas de la música de las cigarras, del
rumor de la brisa, de las hojas que caen… y otros crepúsculos, más tenues o severos,
dotados de la propiedad de influir en el ánimo de los personajes, de exaltar su
fina sensibilidad que casi toca los bordes de la locura.
Y la unidad no se rompe,
entre el caso enfermizo y el ambiente poético. Todo lo contrario. Los
personajes viven en contacto con la naturaleza. Ellos captan la inquietud de la
ciudad lejana, de la vida en general… tienen aspiraciones, pero chocan las unas
con las otras. Surge la divergencia entre los
hermanos, entre los
jóvenes y viejos.
Mas la tarde
esté allí, inconmovible… como una red, como una maya de sol o de niebla, gris,
azul, roja, ardiente o fría, de cuyos hilos apretados no se puede escapar.
En el momento en que ¨Tres
Tardes en los Robles¨ fue presentada al público no se aprecian los rasgos
comunes de sus personajes ni identificarlos con sus semejantes. Va ganando
actualidad a medida que se agudiza la crisis espiritual del hombre. Hoy
adquiriría mayor importancia en el ambiente teatral sujetos a los vaivenes del
tiempo, reflejando de la vida de cada época. Y sus personajes, dejarían de
estar calcador en la ficción para transformarse en seres vivos, hechos a
situaciones dolorosas, tal como lo encontramos en estos días”. Palacios,
L. (1953)
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