Caso: GRUPO “VISIÓN SIN BARRERAS” DE
LA SOCIEDAD AMIGOS DE LOS CIEGOS. CARACAS
Resumen
El presente trabajo de investigación estudia el proceso de inclusión social de las personas con discapacidad visual en la sociedad venezolana desde mediados de la década de los años 30 hasta la presente fecha y cómo contribuyen las artes escénicas para este fin, en particular el teatro. Tomando en cuenta las primeras acciones que se realizaron en el país y cómo se ha venido trabajando y progresando en el acercamiento e incorporación de estas personas al hecho teatral, mejorando así su calidad de vida. La experiencia vivida en El Grupo Teatral “Visión Sin Barreras”, de la Sociedad Amigos de los Ciegos, arroja un resultado positivo en cuanto a la labor teatral que se ha realizado con actores invidentes. La investigación-acción realizada en los ensayos y procesos de montaje, debidamente registrados, indica cuáles son las fortalezas y debilidades con las que se enfrenta el facilitador y el actor invidente, ya que no se cuenta con técnicas adecuadas para trabajar con personas con discapacidad visual. A través de esta Investigación se plantea la necesidad proponer una “Guía de Entrenamiento Actoral para Personas con Discapacidad Visual” para el Grupo Teatral “Visión sin Barreras” de Caracas.
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Hablar de inclusión social en Venezuela, es hablar de muchas cosas, pero es necesario mencionar la Educación y el Arte, específicamente el teatro. Hablar de teatro es alabar su poder creativo, mágico, comunicativo, sensorial y a su vez es un arte eminentemente social. El siglo XX en Venezuela, fue recibido por un teatro sin mayores cambios al que se representaba hacia a fines de siglo XIX, en cuanto a estructura dramática, géneros y estilos, sin embargo, su poder social era importante, e incluso con el gobierno del General Juan Vicente Gómez, el teatro no desaparece, pero si se fue debilitando a lo largo de los 35 años de dictadura. Fue después de ese período en que, el arte de la representación se oxigena, toma nuevos rumbos, ocurren acciones importantes teatralmente hablando, como la fundación del “Teatro del Pueblo” por parte del valenciano Luis Peraza. Vale destacar la llegada al país de personajes claves para nuestra teatro, como Alberto de Paz y Mateos, Juana Sujo, Horacio Peterson, Ariel Severino, Francisco Petrone y Jesús Gómez Obregón, quien fue alumno del maestro japonés Seki Sano y funda la primera escuela de teatro en el país con técnica teatral, aplicando la teoría del director Ruso Constantin Stanislasvki, es de esa Escuela y de sus estudiantes es de donde renace el teatro moderno en Venezuela, hasta lograr lo que tenemos hoy, Grupos de Teatro, Escuelas de formación, Compañías, Fundaciones teatrales y Universidades especializadas en el arte escénico.
Considero relevante destacar la presencia en nuestro país
del Señor Mevorah Florentín, inmigrante, discapacitado visual y auditivo, que
si bien no fue un hombre de teatro, fue en esencia un altruista, quien pensó y
se ocupó de aquellas personas que padecían de discapacidad visual y fueron
reclutadas por Florentín, esto con la finalidad educarlas y prepararlas para la
vida, para que se valieran por sí mismos. Esto ocurre en 1936, cuando se funda
la Sociedad Amigos de los Ciegos.
Hoy en día, esta Institución, ofrece una atención
integral al discapacitado visual, con el fin de incorporarlo a una vida útil y
productiva dentro de la sociedad; esta atención es de carácter médico integral,
también cuenta con una serie de programas de carácter social, creados para
iniciar procesos de socialización, se pueden mencionar los siguientes: Programas
de Adaptación, Rehabilitación y Formación para el Trabajo, Talleres de
Educación, Actividades Culturales y Orientación terapéutica.
En cuanto al programa de formación se encuentran las
actividades culturales, realizadas por la Compañía Teatral “Visión Sin Barreras”
(COMTEVIBA), proporcionando a las persona con discapacidad visual herramientas
artísticas y teatrales para contribuir con su desarrollo personal y profesional
dentro de la comunidad en la que se desenvuelven.
Los integrantes cuentan con un programa de entrenamiento,
en la que se facilitan tres asignaturas básicas: Voz y Dicción, Expresión
Corporal y Actuación. Cabe destacar la importancia de las actividades que allí
se desarrollan para el entrenamiento de las personas con discapacidad visual,
pero, es mucho más relevante la calidad de las estrategias que se usan para su
enseñanza. El proceso de entrenamiento de las personas con discapacidad visual
debe aplicarse determinadas técnicas que proporcionen la información de manera
adecuada y precisa al participante.
Para hacer teatro con personas con Discapacidad Visual,
se debe partir por crear una atmósfera de seguridad: Director- Elenco, Elenco- Elenco y Elenco-Director. El director
debe propiciar que se reconozcan a sí mismos y reconozcan a sus compañeros de
escenario, ¿Cómo hacerlo? A través de ejercicios de contacto, trabajar con sus propios sentido, el tacto y el oído, que
reconozcan sus voces y su forma física. Luego reconocer el espacio donde se
realizarán los ensayos. Citando al Director ruso Constantin Stanislasvki, dice:
“Si los ojos son el espejo del alma,entonces las yemas de los dedos son los
ojos del cuerpo”. Esto no es un trabajo fácil, pero tampoco es imposible.
Las personas con discapacidad visual, deben iniciar los
ensayos sin bastón o lazarillo, con la finalidad de crearles independencia y
fortalecer su seguridad, al lograr este primer paso, se da continuidad al
trabajo corporal, el cual consiste en lograr por medio de una rutina de
entrenamiento, posturas relajadas y movimientos ligeros y flexibles a la hora
de representar una obra de teatro.
Es importante resaltar, que por su condición, estas
personas padezcan de “cieguismos” o tics, esos movimientos involuntarios deben
ser reconocidos por el actor con la ayuda del director, para que el
participante lo haga consciente e inicie un proceso de auto control de los
mismos, recurriendo a la relajación corporal.
Por otra parte, El rostro es otro punto a desarrollar en
actores con discapacidad visual, ya que tienden a mantenerse rígidos
corporalmente, incluyendo el rostro, en consecuencia poseen una cara inexpresiva,
poco útil para la representación teatral. En este caso se deben dirigir
ejercicios de relajación y estimulación facial, como exagerar sonrisas, inflar
las mejillas, desinflarlarlas, mover las cejas Hacia arriba y abajo, abrir y
cerrar la boca, entre otros, todo esto
con el fin de que el actor haga consciente que su rostro es importante al
momento de transmitir sensaciones y sentimientos acompañado del texto
dramático. Durante el proceso de ensayos, se hace necesario indicarles como
utilizar su cara a la hora de decir un texto, como por ejemplo: feliz, triste,
molesto, dubitativo, interrogativo, así el actor podrá descubrir un panorama de
expresiones faciales que irá incorporando en su memoria y a medida que realice
el gesto junto con el texto se hará de manera orgánica, fluida y creible.
En cuanto al texto teatral, existen dos formas de
memorizarlo, el primero es
transcribir el libreto en Braile, y que
el actor lo lea hasta aprenderlo de memoria; el segundo es la grabación del
texto por parte del director, quien deberá realizarlo de forma plana e
impersonal, para que el actor no fije ninguna expresión cuando lo oiga y lo
aprenda, sino que sea el mismo actor quien le imprima sus emociones a la hora
de los ensayos.
Al momento de mover a los actores, en primera instancia
se recurre a su propia técnica de ubicación: la técnica del reloj, que consiste
en movilizarse usando las manecillas del reloj que indican hora y minutos. Por
ejemplo: las Doce (12), siempre será al frente (parte frontal del cuerpo), las
tres (3) su derecha, las seis (6) su espalda y las nueve (9) su izquierda. Se
recomienda que el espacio no posea irregularidades en el piso, ya que esto
entorpecerá el óptimo desplazamiento de los actores. Estas indicaciones no
varían, al contrario, a medida que se realicen los ensayos no serán las doce,
las tres, las seis o las nueve, sino que podrán ser, las dos, las cuatro, las
ocho o las once, claro está, con previo acuerdo.
Toda la ejercitación que se realice en las sesiones de
trabajo, serán con la finalidad de llegar a una puesta en escena, todas las
acciones previamente expuestas se conjugarán en la representación. Al acercarse
el día de la función, el director debe describirles el espacio, medidas del
escenario, entradas y salidas laterales, comunicarles cuáles son los elementos
escenográficos que se encuentran en la escena, entre otros, para que sean
reconocidos previamente por el actor.
Si se usan elementos de utilería, como vasos, jarras,
porta retratos o espejos, se sugieren que sea de material resistibles, que no
se puedan romper en caso de un incidente. En el caso de manipularlos y
entregarlo a otro, lo realizarán con acciones precisas en puntos específicos de
la escena.
Los ensayos son para mostrar primeramente los personajes
por parte del actor, lograr la máxima naturalidad del desplazamiento, del
diálogo y las acciones tanto físicas como psicológicas. En el caso de utilizar
estímulos externos como música, se debe
aclarar en que parte de la obra y después de qué texto, si son acciones
silentes de otros personajes, debe comunicársele al actor, medir el tiempo de
duración y su acción propia. Asimismo, se le hará saber en qué parte del texto
hay algún sonido incidental o humo, oscuro, iluminación especial, proyecciones,
subidas y bajadas de telón, entre otros, con el fin que sume esa acción a la de
su personaje y tenga en cuenta el tiempo que transcurre entre una acción y
otra.
En el trabajo con personas con discapacidad visual no hay cabida a la improvisación o a la
sorpresa, es decir todo debe ser marcado, incluyendo el saludo al público.
Sin duda, el teatro es una herramienta que permite que
las personas con discapacidad visual desarrollen sus potencialidades creadoras,
afiancen su autoestima, facilite su vida diaria y su integración a la sociedad
con todos sus derechos. Considero, que el teatro es otro recurso realmente
efectivo para la inclusión social y por ende contribuye a la construcción del
camino a un país mejor, a una sociedad más humana, más sensible y respetuosas
de sus semejantes. En fin, hacer teatro con personas con discapacidad visual,
es una experiencia mágica y llena de
desafíos que te hacen confiar más en la labor que se ha emprendido, es aportar acciones positivas en pro de la
sociedad y el hecho teatral. Entonces,
hablar de teatro con personas con discapacidad visual es hablar de inclusión
social.
Arriba el telón y
caminemos siempre hacia las doce.
¡Feliz tarde!
27de enero de 2011
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