El “Caramerú”
Hacía muchos años que su padre salió a
buscar al venado de grandes cuernos que aparecía en la orilla del río, cazarlo
era su obsesión y por esa razón nunca volvió a su casa. Su hijo creció con la
maniática idea de acabar de una vez y para siempre con el mito del “Caramerú”
pues nadie nunca lo había podido atrapar.
Una noche, el cazador se quedó en el recodo largo rato a esperarlo, estaba a punto de perder la esperanza de encontrar al venado que hizo perder a su padre, cuando de pronto oyó sigilosas pisadas en la orilla. Ahí estaba,
inconfundible, imponente y radiante. La luna llena lo iluminaba todo y su
resplandeciente silueta se reflejaba en las tranquilas aguas.
El cazador lo apuntó justo en el pecho,
mientras el maravilloso animal rumiaba tranquilo. Ambos se miraron. El hombre
haló el gatillo y un estruendo se oyó en toda la rivera. “¡Le dí!” pensó
emocionado, se acercó a su presa y con extrañeza se dio cuenta que no estaba y
de pronto, frente a él, en medio de un claro de sabana pastaba el “Caramerú”.
Sin pensarlo cargó su rifle y otra vez le disparó en el pecho, lo vio caer y
sacudirse en el suelo. No le quitó la mirada mientras corría hacia el venado,
cuando estaba a pocos pasos, el animal de un salto se levantó y corrió veloz
internándose en el monte. El cazador lo siguió preguntándose: “¿por qué no
cae?” a lo lejos miró su impresionante caramera, que brillaba como plata, se
acercó despacio y se aseguró de dar un tiro certero…
Después de varios días el cazador no llegó
a su casa. Familiares y amigos se internaron en la sabana buscándolo, pero fue
en vano. Los viejos del pueblo dicen que fue el mismo “Caramerú” quien reunió
al padre con su hijo después de mucho tiempo.
15 de agosto de 2017
Publicado en Ultimas Noticias el 1 de Octubre de 2017
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