El Actor Creativo
Vicente Pereda.:
Ponencia
Es importante tomar en cuenta que el instrumento principal del
actor es su Cuerpo, instrumento único e insuperable con el que se cuenta para
dar vida a “otros yo”; la voz es
componente primordial para que surja la
palabra, y por último, pero no menos
importante, la memoria, como base y cuna de toda creación, estos tres grandes
elementos, conforman una potencial trilogía que se conjugan entre sí
mágicamente para interpretar un personaje lleno de emociones convincentes y así
llegar al público a través de una historia.
El cuerpo: noble e inseparable instrumento del actor y carta de
presentación del personaje sobre las tablas, es en concreto la materia por
medio del cual el o los “Otros yo” encarna para vivir y revivir en cada
función. El actor, debe confiar plenamente en su cuerpo y mantenerlo presto a
la hora de dar vida material a un personaje, en concreto es imprescindible el
entrenamiento corporal, conocerlo a fondo, hasta la médula, tener conciencia de
las limitaciones que se pueda tener. El entrenamiento es la primera etapa que
como actores se debe realizar y es en ese instante donde se debe trabajar
aquellas zonas donde se requiere mayor esfuerzo, para así lograr la meta que se
proponga el actor con su instrumento. Hasta este punto se habla del trabajo
diario.
Por otra parte, contamos con la palabra, fundamental para la
comunicación entre seres humanos, fundamental para el teatro, para actor- actor
y actor- público; La palabra, acompañada
de acciones y sentimientos verdaderos, hace surgir con mayor contundencia la
historia. Pero ¿cómo se produce?, ¿dónde nace?, si, nace del actor, sin
embargo, ese efecto, la voz, que permite la comunicación, también forma parte
fundamental del intérprete, y por ello se debe cuidar y ejercitar como al
cuerpo, diariamente. Como se conoce el cuerpo, también se debe conocer el
aparato fonador, y sobre todo la técnica correcta de la emisión de la voz y por
ende la palabra, para llevar el código al espectador sin ninguna traba.
En tercer punto, será la memoria, otro elemento trascendental del
actor, inseparable y archivo general al cual el actor creador recurrirá en todo
memento. Es allí, en la memoria, donde se alojan todas las vivencias del ser
humano, del artista, del creador, del actor.
Konstantín Stanislavski, propone:
"Nunca se pierdan a sí mismos en
escena. Actúen siempre dentro de su personalidad propia, como artistas”. La
memoria, entra en juego, también la acción, la creación y la conciencia del lo
que se hace y dice.
Al tener un texto dramático y asignado un personaje a representar,
el actor debe analizar la obra en todo sus aspectos, desde el contexto
histórico social hasta la intención del dramaturgo. El interprete debe hacerse
muchas preguntas, dar respuesta, para conocer y sentir cada línea y cada
silencio, llenarlos de veracidad, de humanidad. En el texto se encontrarán
todos los datos físicos, sociales y psicológicos del personaje; y el actor, por
su parte, aportará los rasgos teatrales, su creación, el toque personal,
acompañado de su voz, su cuerpo y su mente, donde el personaje comienza a nutrirse.
El actor recurrirá a su archivo y de manera sistemática permitirá al personaje
nutrirse de ello, al mismo tiempo el interprete-actor le va dando corporeidad
al personaje, lo hace palpable. ¿Por qué del ser humano?, porque antes de ser
actores, llenamos de múltiples sensaciones nuestra memoria, dichas vivencias
servirán a lo largo de la carrera como actor. Es por ello, que cada
representación es única e irrepetible, es en ese punto donde se le da vida a
“otro yo”, citando nuevamente al maestro C. Stanislavski, dice: “No pueden nunca escaparse de sí mismos. El
momento en que se pierden, marca el dejar de vivir
verdaderamente su papel para caer en la actuación falsa y exagerada".
El actor creador ha iniciado el mágico viaje de ser “otro”, consiente que su
creación debe ser creíble en escena, es allí donde está el trabajo.
Al tener claras las herramientas del actor y prestas para el
trabajo de interpretación, se inicia la creación, es el actor quien propone el
cómo es el personaje. Es decir, como camina, como habla, como se relaciona con
otros personajes. En la mente del actor está el personaje dispuesto a mostrase
en cada función. El director, por su parte, tiene la tarea de guiar al
personaje en el espacio escénico, de
jugar con él. Ahora, la idea del director debe ser entendida por el actor -interprete
y al tiempo por el personaje, para que el trabajo del director a través de
actor sea comprendida por el público, ahora existe otra trilogía:
Actor-Dramaturgo-Director. Creo profundamente en el director que guía
personajes, que respeta la creación asertiva del actor y el que permite el aporte
del intérprete.
A lo largo de mi carrera, he interiorizado que soy como un lienzo
en blanco, noble, muy noble, siempre presto al trabajo de dibujar, crear y por
supuesto enmendar, de comenzar de cero, dispuesto a investigar para el nuevo
personaje al que le daré vida y estar atento de lo que ocurre en el mundo
exterior para continuar llenando el “archivo”, de buscar dentro y fuera de mi
todas aquellas sensaciones que me nutran como ser humano y como actor.
Este trabajo nunca termina, es un trabajo diario, parece fácil,
pero a mi juicio no lo es, lo que sé con certeza es que es encantador, la sola
idea de jugar, de jugar en serio a ser “otro” es mágico, de traer al mundo
material a alguien que reposa tranquilo en un papel, eso es fascinante. A la
hora de interpretar un nuevo personaje me deslastro, me desnudo y así, sin
prejuicio, limpio mi lienzo para dar vida desde todo mi ser a la letra escrita,
poner a disposición mi esencia, mi piel, mi sangre y mis emociones al servicio
del personaje, para así convertirlo en Ser palpable a quien daré vida durante
un tiempo.
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Foro: Actores que dialogan con Actores del
Jueves 25 al Sábado 27 del mes Marzo de 2010. UNEARTE
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